Durante mucho tiempo hemos estado
criticando el funcionamiento del mercadillo actual. Ahora ha llegado el tiempo
de cambio que estábamos esperando. Cuando hablamos de crítica, nos referimos a
aquella opinión que pretende mejorar aquello que ya existe, aportando una
opinión constructiva.
Este mes ha comenzado una nueva
iniciativa, un nuevo mercadillo del coleccionista, que arranca con vocación de
permanencia y que se celebrará mensualmente los primeros sábados de cada mes:
El mercadillo está ubicado en el Museo del Ferrocarril. Este mercadillo tiene
una filosofía diferente a la del que ya está funcionando.
Hasta ahora el formato de
mercadillo está organizado por una empresa que gestiona el espacio y cobraba
por las mesas, los expositores alquilan las mesas y su beneficio es el
resultado de la diferencia entre el margen que sacaban menos los costes del
alquiler de las mesas. El problema está en que el objetivo de la empresa
organizadora es el de que cada vez haya más mercadillos y más mesas (más ganan)
y de ahí la proliferación de mercadillos que hubo de un tiempo a esta parte.
Recordemos que llegó a haber mercadillo todas las semanas. Eso es un chollo
para los organizadores, pero no es buen negocio para los expositores ni para
los compradores. Cuantos más mercadillos hay, más gastos tienen los expositores
y más caro tienen que vender sus mercancías para poder rentabilizar sus
puestos. Actualmente se están pagando sobre 50 euros por una mesa, por la
primera mesa incluso más. Es fácil calcular: 40 mesas (que suele haber más) a
50 euros cada una… Eso lo tiene que pagar alguien. De ahí la escalada de
precios que hemos visto y estamos sufriendo. Por otro lado, al tener una
periodicidad tan corta, no se produce rotación de productos, por lo que
acabamos viendo siempre lo mismo en los mismos puestos. Esta falta de rotación,
además ha significado que el mercadillo se ha saturado de producto nuevo,
convirtiéndose más algunos puestos en jugueterías ambulantes (que lo son
realmente), que en puestos de mercadillo.
En esa situación estábamos hasta
ahora. De hecho, prácticamente habíamos pasado a ir al mercadillo a por algunas
figuras para seguir personalizando, y nos teníamos que buscar por otro lado
esas piezas antiguas que eran imposibles de encontrar allí.
Por el contrario, el Mercadillo
de la Estación tiene otra filosofía. Lo primero es que lo explota el propio
Museo. Es cierto que hay que pagar entrada, pero eso que puede parecer malo
tiene sus ventajas. La entrada al Museo no es cara (2,5 euros) comparado con el
gasto que solemos hacer y eso que nosotros somos tres. Esta recaudación hace
que el precio de las mesas sea menor y por lo tanto reduce los costes de los
expositores. Se nota en el tipo de puestos. Hay más variedad: maquetas, comic,
slot… Mucha segunda mano, mucho cajoncito para revisar y se encuentran cosas a
precios razonables, al menos en esta edición.
Hemos comprobado que algunas
tiendas han expuesto en los dos mercadillos. Uno de esos expositores nos
comentaba que solo quedará uno de los dos mercadillos. Es muy posible. Nosotros
preferimos gastar nuestro dinero en un formato menos saturado, pensando que
estamos activando un mercadillo más
competitivo y variado. El tiempo lo dirá. Mientras tanto lo
disfrutaremos.
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For a long time we have been
criticizing the current flea market. Now is the time to change our expectations. When we speak of critic, we
refer to that review that aims to improve what already exists, providing a
constructive opinion.
This Month has begun a new initiative, a new
flea market of collectors, which arrives to stay and to be held monthly on the
first Saturdays of each month: The market is located in the Railroad Museum.
This flea market has a different philosophy than the other one that is already
operating.
So far the flea market is organized by a
company that manages the space and they charges for the tables. The exhibitors
rented these tables and their benefit is the result of the difference between
the margin and the costs of renting tables. The problem is that the goal of the
organizers is to celebrate more and more flea markets and rent more tables. And
hence the proliferation of flea markets that was a while now. Recall that
Madrid came to have a flea market every week. That's a bargain for the
organizers, but it is not good business for exhibitors and for buyers. The more
markets you have, the more expensive exhibitors have to sell their goods to
profitable their shops. Currently they are paying about 50 euros for a table,
the first table even more. It is easy to calculate: 40 tables (which is usually
more) to 50 euros each ... That must be paid by someone. Hence the rise in
prices that we have seen and we are suffering. On the other hand, having such a
short periodicity becomes on a product no rotation, so we always end up seeing
the same thing in the same shops. This lack of rotation also has meant that the
market is saturated with new product, becoming in a toy shop (which some are
really) than in a second hand dealers.
In that situation we were before. In fact, we
only had gone to the market to buy some figures to customize, and we had to
look for elsewhere these old pieces that were impossible to find there.
By contrast, this new flea market has another
philosophy. The first is that it exploits by the Museum itself. It is true that
there is an admission fee, but that it may seem bad has its advantages. Museum
admission is inexpensive (2.5 euros) compared with spending we usually do. And
we usually are three people. This situation makes the price of the tables is
smaller and therefore reduces costs for exhibitors. It shows in the type of
shops. There is more variety: models, comic, slot ... Many second-hand drawer
lot to check and find things at reasonable prices, at least in this edition.
We have found that some stores have been
exhibited in the two markets at the same time. One of those exhibitors told us
that only one of the two markets could be alive. It is very possible. We prefer
to spend our money in a less business orientated format, thinking that we are
activating a more competitive and diverse second hand flea market. Time will
tell us. Meanwhile we try to enjoy it.
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